Las IAAS (Infecciones Asociadas a la Atención Sanitaria), aquellas adquiridas durante la estancia en un entorno hospitalario, son un reto crítico para la salud pública. Según datos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), más de 35.000 personas fallecen anualmente en España debido a estas infecciones. Además del impacto en la salud de los pacientes, estas infecciones generan una carga económica significativa, con costes estimados en 2 millones de euros anuales en hospitales de gran capacidad. En consecuencia, la implementación de medidas efectivas de desinfección es prioritaria para reducir la transmisión de patógenos en instalaciones sanitarias.
Importancia de la desinfección en hospitales
La higiene hospitalaria abarca más que la simple limpieza manual o el uso de ropa protectora por parte del personal sanitario. Los espacios clínicos donde se presta atención, especialmente quirófanos, unidades de cuidados intensivos (UCI) y habitaciones de aislamiento, son focos críticos para la propagación de infecciones. Una desinfección ambiental adecuada puede reducir el número de infecciones hasta en un 30%, según estimaciones.
En estos entornos, el uso de tecnologías avanzadas de desinfección es esencial para eliminar patógenos multirresistentes y proteger tanto a los pacientes como al personal sanitario. Entre estas tecnologías, el vapor de peróxido de hidrógeno (HPV), desarrollado por Ecolab-Bioquell, ha surgido como una de las soluciones más eficaces debido a su capacidad única para garantizar la descontaminación completa y su doble validación: química y microbiológica. En España, el representante de esta tecnología en el sector hospitalario es Eurolab, que ofrece soluciones de bioseguridad a través de su división Health Care.
Eficacia del vapor de peróxido de hidrógeno
El vapor de peróxido de hidrógeno ha demostrado ser altamente eficaz para eliminar microorganismos en entornos hospitalarios críticos. Este método ofrece una reducción de 6-log en la carga microbiana, lo que significa la eliminación de hasta el 99.9999% de los patógenos, incluidos bacterias esporuladas como Geobacillus stearothermophilus. Esto lo convierte en un desinfectante de elección, especialmente frente a patógenos altamente resistentes como Clostridium difficile, Acinetobacter baumannii, y microorganismos productores de beta-lactamasas de espectro extendido (BLEE) y carbapenemasas.
Además de su alta eficacia contra bacterias multirresistentes, el vapor de peróxido de hidrógeno destaca por su capacidad de eliminar hongos ambientales, que son especialmente preocupantes en áreas hospitalarias, ya que pueden causar infecciones invasivas en pacientes inmunodeprimidos. Aspergillus spp., Candida spp. y otros hongos presentes en el aire y en las superficies se ven eficazmente eliminados mediante este proceso, lo que reduce considerablemente el riesgo de infecciones micóticas asociadas a la atención sanitaria.
A diferencia de otros métodos, el HPV de Ecolab-Bioquell no se limita a desinfectar superficies visibles o expuestas, sino que garantiza una penetración uniforme en áreas de difícil acceso, logrando una cobertura total. Esta tecnología permite una validación doble del proceso de descontaminación: mediante indicadores químicos que confirman la correcta dispersión del peróxido y la concentración adecuada del mismo, y mediante indicadores biológicos que verifican la letalidad del proceso contra esporas altamente resistentes.
Comparativa con otros métodos de desinfección en ambientes médicos
Aerosol de peróxido de hidrógeno
Una alternativa al vapor de peróxido de hidrógeno es el aerosol de peróxido de hidrógeno, pero este método presenta una serie de limitaciones que afectan significativamente su eficacia en entornos hospitalarios.
- Concentración de peróxido de hidrógeno: El aerosol generalmente contiene una concentración mucho menor de peróxido de hidrógeno, típicamente entre el 7% y 8%, en comparación con el 35% que se utiliza en el proceso de vaporización de HPV. Esta baja concentración afecta la eficacia desinfectante, especialmente contra microorganismos resistentes como las esporas bacterianas, hongos y ciertos virus resistentes a los desinfectantes comunes.
- Falta de validación química y microbiológica: A diferencia del vapor de peróxido de hidrógeno, el aerosol no permite una validación doble. No se pueden utilizar indicadores químicos para asegurar la correcta distribución y concentración del desinfectante, ni indicadores biológicos para verificar la eliminación de patógenos. Esto limita la capacidad de garantizar que todas las áreas críticas han sido desinfectadas de manera efectiva.
- Cobertura deficiente en zonas de difícil acceso: El aerosol no garantiza la misma penetración uniforme que el vapor de peróxido de hidrógeno. Las partículas del aerosol son más grandes y, por tanto, tienen dificultades para llegar a áreas de difícil acceso, como detrás de equipos o en superficies complejas. Esto genera zonas sin desinfección adecuada, lo que puede comprometer la seguridad en ambientes de alto riesgo como los quirófanos o las UCI.
- Olores y residuos: Otro problema asociado al uso de aerosoles es que puede generar olores residuales desagradables, y en algunos casos, puede dejar residuos en las superficies, lo que no sucede con el vapor de peróxido de hidrógeno que se descompone completamente en agua y oxígeno. Esto añade complejidad a la limpieza posterior y puede afectar la percepción de limpieza del entorno.
- Menor eficacia global: Debido a la combinación de baja concentración de peróxido de hidrógeno y las limitaciones en la cobertura, el aerosol de peróxido de hidrógeno no alcanza niveles de reducción microbiana tan altos como el vapor de peróxido de hidrógeno. Esta diferencia en la capacidad de descontaminación es crucial en áreas críticas donde la esterilidad es fundamental para la prevención de infecciones asociadas a la atención sanitaria.
Radiación ultravioleta (UV)
La radiación UV es eficaz para inactivar microorganismos al dañar su ADN mediante la exposición a luz ultravioleta. Sin embargo, su limitación clave es que solo desinfecta superficies que están directamente expuestas a la luz. Las áreas en sombra o los objetos que no están completamente orientados hacia la fuente de luz pueden quedar sin descontaminar, lo que reduce su eficacia en espacios complejos como quirófanos. Además, la eficacia de la radiación UV disminuye exponencialmente a medida que la distancia entre la lámpara UV y la superficie aumenta. Esto significa que cuanto más lejos está la lámpara de las superficies a tratar, menor será su capacidad de desinfección, lo que hace necesario un posicionamiento óptimo y preciso para lograr buenos resultados.
Desinfección química
Métodos químicos tradicionales, como clorhexidina o alcoholes, son efectivos pero tienen limitaciones, como la corrosión de materiales y la generación de residuos tóxicos. Además, estos desinfectantes requieren una aplicación manual precisa, lo que deja margen a la variabilidad en su efectividad y puede comprometer áreas de difícil acceso.
Desinfección térmica
La desinfección por calor es efectiva, pero sus aplicaciones están restringidas a materiales que pueden soportar altas temperaturas, lo que excluye muchos equipos médicos sensibles o superficies en áreas hospitalarias.
Proceso de vaporización
El proceso de desinfección comienza con la vaporización de una solución acuosa de peróxido de hidrógeno al 35%. Este procedimiento debe ser realizado por personal cualificado, garantizando así la seguridad y eficacia del tratamiento. La generación de HPV se produce en la sala hasta alcanzar el punto de rocío, lo que crea condiciones óptimas para la letalidad de los microorganismos.
Una vez alcanzado este punto, se inicia la fase de contacto, donde se produce la muerte de los microorganismos. Posteriormente, en la fase de aireación, el equipo descompone el H2O2 en oxígeno y agua, reduciendo su concentración por debajo de 1ppm antes de que el personal pueda acceder a la sala.
Este enfoque asegura que los pacientes reciban atención en un entorno completamente libre de residuos nocivos.
Colaboración interdepartamental – Preventiva / Mantenimiento
Para que el uso del vapor de peróxido de hidrógeno sea efectivo, es importante la colaboración entre los diferentes departamentos del hospital. Todos deben ver la vaporización de peróxido de hidrógeno como una solución eficaz para reducir el riesgo de IAAS. Cada centro hospitalario tiene características únicas, por lo que es necesario evaluar las necesidades específicas de cada espacio.
La correcta implementación de este sistema no solo mejora la higiene, sino que también optimiza la operatividad de los servicios de salud, reduce las IAAS y los periodos de cierre por presencia de hongos y, por tanto, las listas de espera.
Beneficios del vapor de peróxido de hidrógeno
El vapor de peróxido de hidrógeno de Ecolab-Bioquell ofrece una combinación ideal de alta eficacia, seguridad y versatilidad:
- Eficacia: La capacidad del peróxido de hidrógeno para alcanzar todas las superficies de una habitación, incluyendo las de difícil acceso, permite una desinfección completa. Además, su efectividad comprobada contra bacterias multirresistentes, hongos ambientales como Aspergillus spp. y Candida spp., virus, esporas y patógenos resistentes como Acinetobacter baumannii y los productores de beta-lactamasas lo coloca como una tecnología superior en la lucha contra infecciones asociadas a la atención sanitaria.
- Seguridad: A diferencia de otros métodos que pueden dejar residuos tóxicos, el peróxido de hidrógeno se descompone en agua y oxígeno, lo que asegura que no quedan residuos nocivos tras el proceso. Esto contribuye a un entorno más seguro tanto para los pacientes como para el personal.
- Validación doble: La tecnología de HPV permite una validación tanto química como microbiológica, lo que garantiza la efectividad de cada ciclo de desinfección. Los indicadores químicos confirman que se ha alcanzado la concentración adecuada de peróxido en el ambiente, mientras que los indicadores biológicos (como las esporas de Geobacillus stearothermophilus) certifican la destrucción de microorganismos.
Desafíos Asociados con el Uso de Vapor de Peróxido de Hidrógeno
La implementación de la desinfección con vapor de peróxido de hidrógeno no está exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la necesidad de equipos específicos y bien mantenidos para su aplicación efectiva, lo que puede suponer una inversión inicial significativa. Aunque el peróxido de hidrógeno es menos tóxico que otros desinfectantes, requiere un manejo cuidadoso y medidas de protección adecuadas para evitar riesgos, como irritaciones respiratorias o cutáneas para el personal sanitario.
Por tanto, aunque el vapor de peróxido de hidrógeno es uno de los métodos de desinfección más efectivos en la lucha contra las infecciones hospitalarias, su implementación debe realizarse con atención. Es crucial equilibrar sus potentes beneficios con los desafíos inherentes, garantizando así que se maximicen sus ventajas sin comprometer la seguridad del entorno médico.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo se tarda en hacer un tratamiento en una zona?
Depende de varios factores, como el tamaño de la zona, si hay muchos huecos o si es una zona cuadrada perfecta, además de la cantidad de material o mobiliario presente. Lo que suele tomar más tiempo es la fase de aireación, en la que la alta concentración de peróxido en el aire debe reducirse hasta niveles seguros. Esta fase depende en gran medida del volumen de material en la zona y de sus características. Por ejemplo, un quirófano de 40-45 m² puede tardar entre 5 y 6 horas en tratarse, un box de UCI entre 3 y 4 horas, y una habitación de aislamiento entre 4 y 5 horas.
¿Se puede utilizar la zona inmediatamente después de los trabajos?
Sí. Aunque la zona es segura inmediatamente después del tratamiento, se recomienda no utilizarla hasta pasada una hora de climatización para asegurar unas 20 renovaciones de aire y recuperar las condiciones de confort ambiental, tal como establece la norma UNE 171340.
¿Es necesario limpiar la zona después del tratamiento?
No. Tras los trabajos de biodescontaminación no es necesario limpiar la zona, ya que el proceso no deja residuos. Limpiar después del tratamiento podría incluso comprometer la condición de esterilidad que se ha logrado.
¿Se puede aprovechar el tratamiento para descontaminar material adicional en la zona?
Sí. Es una práctica habitual. Sin embargo, hay que tener en cuenta que añadir mucho material en la zona puede ralentizar la fase de aireación. Para descontaminaciones preventivas o rutinarias es frecuente aprovechar para tratar material adicional, pero en casos de IAAS, se recomienda no introducir material de otras áreas.
¿Afectan los trabajos a zonas adyacentes?
Depende. Los quirófanos suelen estar bien aislados y, siempre que su climatización no sea compartida con otras zonas, no habrá efectos en áreas adyacentes. Si la climatización es compartida, entonces sí, ya que es necesario apagarla durante el tratamiento.
¿Por qué los tratamientos con peróxido en aerosol solo duran 1 hora y los de vapor 4 horas?
Los equipos de aerosol pulverizan peróxido de hidrógeno a baja concentración (7-8%), lo que requiere menos tiempo para disiparse. En contraste, los equipos de vaporización alcanzan concentraciones mucho más altas (400-700 ppm), lo que incrementa la eficacia pero también alarga la fase de aireación para garantizar que el aire sea respirable nuevamente.
¿El equipo de peróxido en vapor descontamina aire o solo superficies?
Ambos. El vapor de peróxido de hidrógeno tiene un efecto biocida tanto en el aire como en las superficies tratadas. En cambio, los aerosoles solo actúan sobre las superficies.
¿Por qué hay diferencia de costes entre el tratamiento con vapor y el de aerosol?
El equipo de vaporización de peróxido de hidrógeno es tecnológicamente avanzado, con sensores que controlan parámetros como la concentración, humedad y temperatura, permitiendo un ciclo validado. Además, los equipos de vapor son capaces de utilizar peróxido al 35%, lo que asegura una mayor efectividad y permite la emisión de informes detallados con pruebas de eficacia. Los equipos de aerosol, por otro lado, no permiten un control preciso de la concentración ni ofrecen registros validables, lo que explica su menor coste.
Reducción de listas de espera gracias a la mejora en bioseguridad ambiental
Una de las grandes ventajas del uso de vapor de peróxido de hidrógeno para la descontaminación es su impacto directo en la reducción de las listas de espera quirúrgicas, ya que disminuye significativamente los cierres de quirófanos debido a problemas de bioseguridad ambiental.
La contaminación ambiental en los quirófanos es una de las principales causas de infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS) y puede llevar al cierre temporal de estos espacios mientras se realizan limpiezas exhaustivas y tratamientos de desinfección. Estos cierres no solo afectan la disponibilidad del quirófano, sino que también aumentan los tiempos de espera para los pacientes que requieren intervenciones quirúrgicas programadas o de urgencia.
El uso de vapor de peróxido de hidrógeno presenta varias ventajas en este aspecto:
- Rápida descontaminación: El sistema de vaporización permite realizar una descontaminación completa de los quirófanos en tiempos relativamente cortos (5-6 horas por quirófano), lo que minimiza el tiempo de inactividad del espacio.
- Reducción de la necesidad de cierres prolongados: A diferencia de los métodos tradicionales, que pueden requerir cierres más prolongados debido a la acumulación de residuos o la falta de validación del proceso, el vapor de peróxido de hidrógeno asegura una descontaminación validada y sin residuos, permitiendo una rápida reapertura del quirófano.
- Descontaminación más eficaz: Al ser eficaz tanto en superficies como en el aire, el vapor de peróxido de hidrógeno reduce la probabilidad de brotes de infecciones en quirófanos y otras áreas críticas, lo que previene la necesidad de cierres adicionales por brotes infecciosos o problemas de bioseguridad.
- Aprovechamiento de ventanas de inactividad: En muchos casos, los tratamientos de descontaminación pueden realizarse durante horarios no operativos, como por la noche o durante fines de semana, sin afectar el calendario de operaciones. Esto optimiza el uso de los quirófanos y mantiene su disponibilidad a pleno rendimiento.